¿Qué tipo de despido es un ERE?

Significado de los despidos

La pérdida de empleo causada por la Gran Recesión se refiere a los puestos de trabajo que se han perdido en todo el mundo en las personas desde el inicio de la Gran Recesión. En EE.UU., la pérdida de puestos de trabajo se viene produciendo desde diciembre de 2007, y se aceleró drásticamente a partir de septiembre de 2008, tras la quiebra de Lehman Brothers[1]. En febrero de 2010, se informó de que la economía estadounidense era más inestable que la de Canadá. Muchas industrias de servicios (especialmente en países que tienen la misma tasa de desempleo que Estados Unidos o mayor) han informado de que han bajado sus precios para maximizar los márgenes de beneficio (buscando aprovechar cualquier elasticidad de precios de la demanda en sus segmentos de mercado). Se trata de una época en la que el empleo es cada vez más inestable, y en la que estar subempleado o desempleado es una parte común de la vida de muchas personas.

En Estados Unidos, los puestos de trabajo que pagan entre 14 y 21 dólares por hora constituyeron alrededor del 60% de los que se perdieron durante la recesión, pero esos empleos de salario medio sólo han constituido alrededor del 27% de los puestos ganados durante la recuperación hasta mediados de 2012. Por el contrario, los empleos peor pagados constituyeron alrededor del 58% de los empleos recuperados[11].

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Un ex auxiliar de vuelo de Singapore Airlines se dedica a la repostería

Durante la crisis financiera de 2008, el Expediente de Regulación de Empleo (ERE en España) fue un mecanismo muy utilizado, cuando una empresa realizaba despidos masivos de sus trabajadores. Actualmente, la crisis del Coronavirus ha popularizado otro mecanismo aplicable, el Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE en España).

El Expediente de Regulación de Trabajo (ERE en España) es un mecanismo de despido colectivo que tiene como consecuencia la extinción definitiva del contrato de trabajo. El artículo 51 de la Ley de los Trabajadores dice que en caso de superar el siguiente número de personas afectadas por la extinción de los contratos, durante un periodo de 90 días, es un despido colectivo:

Los afectados que reúnan las condiciones tienen derecho al desempleo porque un ERE tiene efectos definitivos. Cuando la extinción afecta a más del cincuenta por ciento de los trabajadores, el empresario tiene que dar salida a los bienes de la empresa, salvo los que constituyen el tráfico normal de la misma.

Por otro lado, el Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE en España) regulado en el artículo 47 del Estatuto de los Trabajadores, es un mecanismo con una duración determinada. Se suspende la actividad laboral del trabajador o se reduce la jornada entre un 10 y un 70 por ciento.    Aunque el salario variará en función de si se suspende el contrato o se aplica una reducción de jornada, el trabajador seguirá dado de alta en la Seguridad Social al 100%. Como apoyo, las empresas de más de 50 trabajadores obtendrán una reducción del 75% en la cotización a la Seguridad Social. En caso de suspensión de la jornada, el SEPE (Servicio Público de Empleo) establece un pago del 70 por ciento del salario durante los seis primeros meses, pero un máximo de 1.100 euros para los empleados sin hijos. El ERTE puede implantarse con independencia de las personas afectadas y del tamaño de la empresa.

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Solución de problemas de un motor de dos ciclos que no arranca

Objetivos de Desarrollo SostenibleEl 1 de enero de 2016, el mundo comenzó oficialmente la aplicación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, el plan de acción transformador de las Naciones Unidas que aborda los desafíos mundiales urgentes durante los próximos 15 años. El plan se basa en 17 objetivos específicos de desarrollo sostenible.La Encuesta de Población Activa es un ejemplo de cómo Statistics Canada apoya la presentación de informes sobre los objetivos mundiales de desarrollo sostenible. Esta publicación se utilizará para ayudar a medir los siguientes objetivos:

Los Brooklyn Nets están bien en mi libro

Desde el inicio de la pandemia de SARS-CoV-2, la mayoría de nosotros hemos aprendido algunas palabras y conceptos nuevos con los que sólo unos pocos estaban familiarizados hasta ahora: mascarillas quirúrgicas, mascarillas FFP2, coronavirus, EPI, PCR, teletrabajo, etc. La pandemia ha cambiado (y ha tenido efecto) todo: el ámbito de la salud, la economía y, por supuesto, el empleo.

Los despidos temporales conocidos en España como ERTEs han sido noticia, formando parte de la «nueva normalidad» de estos últimos meses. Y mientras la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, llama a la calma al anunciar un nuevo acuerdo con sindicatos y patronal para prorrogar los ERTEs hasta el 31 de mayo, muchas empresas se preguntan qué pasará si, lamentablemente, el ERTE que se les aplica tiene que convertirse en un ERE.

La principal diferencia entre un ERTE y un ERE radica en el carácter temporal o permanente de estos procedimientos. Así lo reflejan las siglas en español. Un ERTE implica una suspensión temporal del contrato de trabajo, mientras que en el caso de un ERE, el contrato no se suspende, sino que se extingue, por lo que la relación laboral llega a su fin.