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Un día en el jardín de infancia
De los niños de hoy en día «se espera que sean capaces de hacer cosas para cuando salgan del jardín de infancia que algunos, quizás incluso muchos, no están preparados para hacer desde el punto de vista del desarrollo», advertía una columna del Washington Post en 2016.
Pero un nuevo estudio sugiere que las preocupaciones sobre el rigor académico en los primeros grados pueden ser exageradas. En él se constata que los alumnos de las clases de preescolar con más contenido académico no solo muestran una mayor capacidad matemática y lectora, sino que no lo hacen peor -y en algunos casos lo hacen mejor- en métricas socioemocionales como el autocontrol, la concentración y el comportamiento.
«Los resultados refuerzan la postura de los investigadores que creen que un contenido académico exigente no está necesariamente reñido con el desarrollo saludable de los niños», escriben los cinco investigadores en el estudio de la revista American Educational Research Journal.
El trabajo es muy amplio y utiliza datos de casi 20.000 alumnos de jardín de infancia de todo el país en el curso escolar 2010-11. (Ese es un año útil para examinar, porque el estudio ampliamente citado que muestra que el jardín de infancia se ha convertido en más centrado académicamente mira los cambios entre 1998 y 2010. Sin embargo, cabe destacar que el estudio es en gran medida anterior a la puesta en marcha de los estándares Common Core, que algunos educadores argumentan que han empujado demasiado contenido académico en los primeros grados).
Curso típico del Libro del Mundo
Los padres pueden notar que algunas habilidades y temas se repiten en varios niveles de grado. Esta repetición es normal porque la complejidad de las habilidades y la profundidad de los temas aumentan a medida que la capacidad y la madurez del alumno se incrementan.
El jardín de infancia es una época de transición muy esperada por la mayoría de los niños. El aprendizaje a través del juego empieza a dar paso a lecciones más formales. (Aunque el juego sigue siendo una parte esencial de la educación durante los años de primaria).
Para la mayoría de los niños pequeños, esta primera incursión en el aprendizaje formal incluirá actividades de pre-lectura y matemáticas tempranas. También es el momento en que los niños empiezan a comprender su papel y el de los demás en la comunidad.
Un curso típico de estudio para las artes del lenguaje en el jardín de infancia incluye actividades de prelectura, como aprender a reconocer las letras mayúsculas y minúsculas del alfabeto y los sonidos de cada una. Los niños disfrutan mirando libros ilustrados y simulando que leen.
Es fundamental leer a los alumnos de preescolar con regularidad. La lectura en voz alta no sólo ayuda a los niños a establecer conexiones entre las palabras escritas y las habladas, sino que también les ayuda a adquirir nuevas habilidades de vocabulario.
Plan de estudios del jardín de infancia
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En 1779, Johann Friedrich Oberlin y Louise Scheppler fundaron en Estrasburgo un primer establecimiento para cuidar y educar a los niños en edad preescolar cuyos padres se ausentaban durante el día.[2] Casi al mismo tiempo, en 1780, se crearon establecimientos infantiles similares en Baviera.[3] En 1802, la princesa Pauline zur Lippe estableció un centro preescolar en Detmold, la capital del entonces principado de Lippe, Alemania (actualmente en el estado de Renania del Norte-Westfalia).[4]
En 1816, Robert Owen, filósofo y pedagogo, abrió en New Lanark (Escocia) la primera escuela infantil británica y, probablemente, la primera a nivel mundial[5][6][7] Junto con su empresa de molinos cooperativos, Owen quería que los niños recibieran una buena educación moral para que fueran aptos para el trabajo. Su sistema tuvo éxito al producir niños obedientes con conocimientos básicos de alfabetización y aritmética[8].
Cómo ser un buen profesor de jardín de infancia
¿Cómo aprendiste a montar en bicicleta? Probablemente alguien te dio unas cuantas lecciones y luego practicaste mucho. Puedes aprender a estudiar de la misma manera. Nadie nace sabiendo estudiar. Hay que aprender algunas técnicas de estudio y luego practicarlas.
Aquí tienes una adivinanza: ¿Sabías que antes de empezar a estudiar, ya has empezado? ¿Eh? Esto es lo que queremos decir. Cuando prestas atención en clase y tomas buenos apuntes, estás empezando el proceso de aprendizaje y estudio.
¿Te cuesta prestar atención en clase? ¿Estás sentado al lado de una persona ruidosa? ¿Te cuesta ver la pizarra? Asegúrate de estar sentado en un buen sitio que te permita prestar atención. Informa a tu profesor o a tus padres de cualquier problema que te impida prestar atención y tomar buenos apuntes.
¿No sabes cómo tomar notas? Empieza por anotar los datos que tu profesor menciona o escribe en la pizarra durante la clase. Procura utilizar una buena letra para poder leer tus apuntes más tarde. También es una buena idea mantener tus apuntes, pruebas y trabajos organizados por materias.